-¡Ay, mísero de mí! He oído canciones sobre muchas batallas, y siempre he
entendido que la derrota puede ser gloriosa. Parece muy incómoda, por no decir
desdichada. Me gustaría de veras estar fuera de todo esto».
-¿Y por qué no tendrían que cumplirse? ¿No dejarás de creer en las profecías sólo
porque ayudaste a que se cumplieran? No supondrás, ¿verdad?, que todas tus
aventuras y escapadas fueron producto de la mera suerte, para tu beneficio
exclusivo. Te considero una gran persona, señor Bolsón, y te aprecio mucho; pero
en última instancia, ¡eres sólo un simple individuo en un Mundo enorme!
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